El encuentro fue interrumpido antes de comenzar el segundo tiempo, cuando los dos equipos se disponían a arrancar los 45 minutos finales en el estadio Centenario, con el marcador 0-0.
Pero desde la cabecera general que da espaldas al estadio Nacional de Hockey fue arrojado una bomba de estruendo que explotó en las cercanías de donde estaba el guardavallas visitante, Olivera. Además un proyectil habría impactado en el jugador.
El arquero, de 29 años y oriundo de la ciudad de Córdoba, cayó al piso de inmediato y no pudo recuperar la vertical argumentando que “se sentía aturdido y tiene las piernas flojas” según lo explicado por el árbitro José Carreras ante las cámaras de TyC Sports.
“Paso el informe de lo ocurrido y lo que sucederá de aquí en más lo resolverá el Tribunal de Disciplina”, agregó el referí, luego de esperar un tiempo prudencial para que el guardavallas se restablezca. Como ello no ocurrió y Olivera debió retirarse del campo de juego en camilla se procedió a suspender el partido.
Tras la comunicación de la interrupción, los dirigentes y protagonistas del ‘Cervecero’ le reclamaron al árbitro la posibilidad de “tener las herramientas para constatar si el arquero (Olivera) está o no lesionado”, tal como apuntó el entrenador local, Ariel Fuscaldo.
“No estoy justificando ningún tipo de agresión, el petardo que explota parece que lo hace lejos de la posición. Pero quisimos que el médico lo revisase al jugador y se negaron”, se quejó el DT quilmeño.
Por su lado, el entrenador de Gimnasia, Joaquín Sastre, manifestó que “el único equipo perjudicado somos nosotros”.
“Somos los primeros que queremos jugar, si somos los que viajamos. No estamos obligados a hacer el cambio. No podemos poner al arquero suplentes si el titular no se lesionó en situación de juego”, puntualizó Sastre.