El Presidente, Alberto Fernández, viaja hoy a la Cumbre del Mercosur, que se desarrolla en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, con las tensiones en torno al Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea (UE) como telón de fondo. En su última definición de alto impacto, el mandatario nacional saliente anticipó que no firmará el acuerdo y se diferenció de la intención del gobierno entrante de Javier Milei que pretende sellar el documento.
Antes de emprender viaje al país vecino, desde Casa Rosada y el Palacio San Martín anticiparon que no firmarán el acuerdo bajo el argumento de que tendría un impacto negativo en las economías locales. “Argentina considera que esto implica un desafío a buena parte de su estructura productiva porque es un país muy proteccionista y con una industria incapaz de competir con una industria más barata, más eficiente y mejor”, comentó el director de las carreras de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan Negri, en diálogo con diario Hoy.
El TLC entre ambos bloques es una iniciativa sobre la que se trabaja desde hace décadas y en la que, en diversos momentos, hubo posiciones encontradas entre las partes que permitieron acuerdos de peso. El antecedente reciente data del año 2019, cuando se logró firmar un pacto de libre comercio con la UE a través de los gobiernos de Jair Bolsonaro (Brasil) y Mauricio Macri (Argentina).
“En ese momento Juntos por el Cambio tenía el apoyo de sectores productivos, principalmente de la economía del conocimiento, los reconocidos Unicornios, que le brindaron el respaldo para avanzar en el acuerdo”, explicó Negri y señaló que, para la administración de Fernández, el escenario es totalmente contrario. El lunes, la CGT publicó un comunicado en rechazo a un posible acuerdo.
Más allá de la resistencia de la Argentina, algunos países del Viejo Continente también pusieron en pausa el tratado por la preocupación sobre las medidas del Mercosur en materia ambiental. “La UE tiene estándares industriales-ambientales mucho más altos que Latinoamérica por lo que implicaba aplicar cambios en la región”, subrayó el experto en referencia al documento adicional que el bloque europeo sumó al proyecto de acuerdo en marzo y mediante el que incorporó una serie de exigencias medioambientales suplementarias que podrían perjudicar la exportación de determinados productos de la región.
En septiembre, el Mercosur entregó una contraoferta sobre la que no se logró avanzar en algunos requerimientos. En este marco, el canciller Santiago Cafiero dijo que el acuerdo que proponía la UE “no era balanceado” para las dos partes porque provocaba un impacto “negativo para la industria y en las exportaciones agropecuarias” a raíz de la política arancelaria que promovía.
“Siempre luce decir que hay acuerdo, pero eso es para la prensa. Hay que ver el impacto”, insistió.
Al ser consultado sobre el impacto que podría tener si se avanza en el acuerdo de libre comercio o no, Negri precisó: “Si se firma hay sectores que la apertura económica los perjudicaría por lo que podría traer desempleo y desocupación en algunas industrias que genera costo social. Hay un beneficio en proteger el empleo nacional”.
A su vez, expresó que, si no se firma, también implica un beneficio en materia de recaudación: “Si firmarlo significa desarancelizar en todos los ámbitos, pero no el agro que es donde a la Argentina le va bien, es un acuerdo leonino. Entonces no firmarlo es una buena noticia en ese punto”.
No obstante, el politólogo consideró que “da más beneficios firmarlo que no firmarlo en un contexto inflacionario. Tener la posibilidad de que llegue más abastecimiento a menos precio es positivo para el consumidor”.
La decisión de Fernández va a contramano de la propuesta de la administración entrante de Javier Milei que pretende sellar el acuerdo cuanto antes y ya despliega una agenda paralela para avanzar en este sentido. “Agradeceríamos que Alberto Fernández, como presidente saliente, pueda concretar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea”, presionó la designada Canciller, Diana Mondino, la semana pasada al exponer en la 29.º Conferencia organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA).
Luego, la cordobesa se reunió con Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea en la Argentina, para “repasar temas de interés mutuo, incluyendo el acuerdo UE-Mercosur”. La presión del nuevo gobierno liberal se da en paralelo al impulso de Brasil en sellar trato en la jornada de hoy. Sin embargo, diversos expertos de Latinoamérica y Europa señalan que la firma del acuerdo se aplazará al menos hasta después de que Milei tome posesión. “No dan los tiempos”, precisó Negri y analizó el panorama a futuro.
“Ahora Paraguay asumirá la presidencia pro tempore del Mercosur, un país sin el peso político de Brasil, pero a favor del acuerdo. Entonces, con Brasil impulsando la iniciativa, Uruguay acompañando y la llegada de Milei a la Casa Rosada, se abre una ventana mayor para la firma del acuerdo. No hay que imaginar esto como una carrera de 200 metros, sino de resistencia y con los cambios de autoridades te acercas la firma”, selló.
Si bien el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea es el plato principal de la cumbre que reúne a los jefes de Estado de los países partes del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay), de Bolivia, que actualmente es miembro en proceso de adhesión, y de Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y México, quienes comparten el mismo status, la agenda es más amplia.
Justamente, otro de los temas centrales de esta cumbre es la adhesión de Bolivia al bloque. Hoy, el país vecino cuenta con un status especial de “Miembro en proceso de adhesión” con derecho a voz, pero sin voto. Esta condición cambiará en las próximas horas cuando quede sellada su adhesión.
Para adaptarse al Mercosur, Bolivia necesitará adoptar la nomenclatura común del bloque, el Arancel Externo Común y el Régimen de Origen, en un plazo máximo de cuatro años a partir de la fecha de ingreso al bloque.
Por otro lado, Uruguay propondrá celebrar una reunión con China, en momentos en que el presidente Luis Lacalle Pou busca firmar un Tratado de Libre Comercio con el país asiático.